Los niños incorporan las habilidades digitales por sí mismos, pero la brecha digital generacional con sus padres no hace posible un aprendizaje adecuado (en la seguridad de su uso), ni tampoco una previsión de riesgos como puede ser la adicción a la tecnología o conocer las normas básicas para evitar virus.
Los niños adoptan muy temprano una cierta habilidad digital: hacia los dos años de edad es fácil que los padres les pongan desde sus móviles vídeos infantiles de canciones, y un poco más tarde sencillos, dinámicos y coloridos juegos on line educativos. En familias que viven alejadas, no es extraño que conversen por Face Time, Skype o Hangout, y a los niños (que quizás aún no saben hablar) se les incluye para que sus abuelos les disfruten!
Pero la brecha digital aparece algo más tarde (en torno a los 10 años según los casos), donde los padres no saben qué responder ante las preguntas o conversaciones de sus hijos o ni tan solo poder ayudarles en las tareas escolares.
Según el World Economic Forum es un desafío actual saber cómo alimentar la capacidad y confianza de los estudiantes para superarse online y fuera de línea en un mundo donde los medios digitales son omnipresentes. Del mismo modo que hoy en día puede medirse su coeficiente intelectual (CI) o su coeficiente emocional (CE), la facilidad y el dominio que una persona tiene de los medios digitales, es una competencia que también se puede medir: la llaman Inteligencia Digital (ID) y la buena noticia es que esa ID es una inteligencia que puede adaptarse en gran medida.
Esta institución, considera tres niveles de habilidades digitales idóneas para niños:
- Su ciudadanía digital: que se define como la capacidad de usar la tecnología y los medios digitales de formas que sean seguras, responsables y eficaces.
- Su creatividad digital: la capacidad de convertirse en parte del ecosistema digital mediante la creación de nuevo contenido y de hacer realidad las ideas mediante el uso de herramientas digitales.
- Y su iniciativa digital: la capacidad de usar los medios y las tecnologías digitales para resolver desafíos o para crear nuevas oportunidades.
- Administración del tiempo frente a la pantalla: la capacidad de administrar el tiempo frente a la pantalla, realizar múltiples tareas y participar en juegos en línea y redes sociales con autocontrol.
- Administración del ciberacoso: la capacidad para detectar situaciones de acoso cibernético y manejarlas con inteligencia.
- Administración de la seguridad cibernética: la capacidad de proteger los datos propios mediante la creación de contraseñas seguras y el manejo de diferentes ataques cibernéticos.
- Administración de la privacidad: la capacidad de administrar con discreción toda la información personal compartida en línea, para proteger la privacidad propia y la de los demás.
- Pensamiento crítico: la capacidad de diferenciar entre información verdadera y falsa, contenido bueno y perjudicial y contactos confiables y cuestionables en línea.
- Huellas digitales: la capacidad de comprender la naturaleza de las huellas digitales y sus consecuencias en la vida real y de administrarlas con responsabilidad.
- Empatía digital: la capacidad de demostrar empatía online, hacia las necesidades y los sentimientos propios y los de los demás.
Incluye un test de riesgo de dislexia, una dificultad significativa y persistente en la forma escrita del lenguaje, que afecta el 10% de la población, muy importante a tener en cuenta en su desarrollo intelectual y digital.
Tanto si representas a una institución educativa interesada en que imparta estas clases como si eres un particular, envía correo electrónico desde «Contacto» para obtener más información.
PD: La filosofía de esta formación sigue el criterio de este post de Enrique Dans.